Someterse a una cirugía estética tiene sus ventajas e inconvenientes, y es algo que puede suponer riesgos que es necesario conocer. Además, es necesario revisar si las razones para someternos a la operación son las adecuadas, porque la intención de operarse el físico puede esconder trastornos que pueden derivar desde una falta de autoestima hasta una adicción enfermiza que esconda un tipo de ansiedad que debe ser tratada.
Lo apropiado para someterse a una cirugía es estar dotado de una autoestima sana y un concepto del yo lo suficientemente estable como para no depender de factores externos como el aspecto físico únicamente.
Problemas que se esconden
Las operaciones de cirugía estética pueden tener beneficios para aquellas personas que, presentando un adecuado equilibrio emocional, han querido cambiar algún aspecto de su físico con el que se sentían incómodas, pero a veces esconden complejos y trastornos psicológicos que deben ser descubiertos y tratados.
Es la dismorfofobia que es una creencia obsesiva o una preocupación personal exagerada por poseer un defecto en el aspecto físico y que es prácticamente imperceptible para otra gente.
También existen ciertos complejos que atormentan a la persona la cual les da un valor sobredimensionado y de ahí el malestar que producen. Como pensamientos distorsionados que son, pocas veces tienen que ver con la realidad del individuo y realmente es la propia persona la que ha exagerado ese complejo y le ha dado importancia superior a la debida. La baja autoestima es otra de las razones que se ocultan detrás de una intervención estética.
Personas no aptas para la cirugía
Las personas que quieran cambios radicales en su imagen por una incapacidad de relacionarse debido a su aspecto físico no serían los pacientes ideales para estas operaciones, ya que las expectativas sobre la cirugía deben ser a nivel estético, no psicológico.
- Aquellas personas con una imagen pobre de sí mismas basada en un único aspecto de su físico.
- Las personas que por su juventud aún tienen aspectos físicos que desarrollar.
- Las personas impulsivas o con tendencia a la temeridad y a tomar decisiones poco razonadas o tomadas bajo la influencia de terceros.
- Las personas sensibles al rechazo que toman la decisión basándose en opiniones externas.
- Las personas socialmente mal adaptadas y con la creencia de que ganaran habilidades sociales tras la intervención.