La esencia de la cirugía plástica está en la reconstrucción de tejidos superficiales: estiramientos faciales, aumentos mamarios, lipoesculturas, abdominoplastias, reconstrucciones mamarias por cáncer y de tórax por enfermedades benignas o malignas, en las que también intervienen otras especialidades.
La cirugía plástica, entonces, es la encargada de solucionar problemas en defectos de la piel, los tendones y los huesos, cuando ocurre lesiones por trauma, tumores, deformidades de nacimiento o por asuntos estéticos.
La preparación previa
Entre el 70 y el 80 por ciento de los pacientes intervenidos son programados, el resto llegan por situaciones de urgencias.
El primer filtro por el que deben pasar los candidatos a ser operados es el cirujano, quien realizará una evaluación en la que ordenará los exámenes que se requieran según el caso. En caso de que estos revelen cualquier situación no esperada, el doctor lo escalará con el especialista respectivo, quien entregará sus recomendaciones, incluso sugerir que la cirugía no se realice por alguna alerta que sea preferible atender antes de la intervención.
El siguiente paso se debe dar con la consulta preanestésica, en la que se analiza el tipo de cirugía, las morbilidades del paciente -es decir qué enfermedades tiene- y según esto cómo debe ser su tratamiento y control previo a la cirugía. En esa consulta se revisa el estado metabólico y nutricional, y en general las condiciones médicas del paciente.
Unas preguntas obligadas en la consulta medica inicial, en la consulta con el anestesiologo y en el ingreso a su cirugía son ¿qué medicamentos consume? y ¿fuma?, con lo que se establecen unas líneas de riesgo, clasificadas por nosotros como amarilla y roja, según la sustancia y que va relacionada con los efectos en el paciente durante y después de la cirugía.