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Cómo cuidar una cicatriz para que no se note

Qué es una cicatriz
El proceso de curación de heridas no es tan perfecto como cabría desear ya que, en lugar de regenerar completamente la piel, lo que ocurre es que se forma una cicatriz. Las cicatrices son distintas de la piel circundante en cuanto a color, grosor, elasticidad, textura y grado de contracción. No tienen vello, ni células formadoras de pigmento ni glándulas sebáceas.

Cómo se forman las cicatrices
Durante el proceso de curación se suceden 4 etapas: hemostasia, inflamación, proliferación y remodelación tisular. Durante la etapa de proliferación se produce la angiogénesis o creación de la nueva red de vasos sanguíneos en la zona. Se produce también la generación de la nueva piel o re-epitelización y la formación de tejidos. En todos estos procesos intervienen numerosas sustancias.

Una cicatriz puede ser prácticamente imperceptible, es decir, de un color semejante a la piel que la rodea, plana, lineal y flexible o convertirse en una cicatriz patológica, roja, con relieve, rígidas y que pueden causar picor, dolor y contracturar la piel de alrededor.

Las cicatrices hipertróficas aparecen a los pocos meses y disminuyen su tamaño al cabo de dos años. Suelen contracturar la piel adyacente limitando el movimiento, “nos tiran”. Además pueden doler, si se dañó algún componente del sistema nervioso, o pueden picar. Y ese picor resulta molesto ya que perdura años. Las cicatrices hipertróficas no se extienden más allá de los bordes de la herida original.

Los queloides son protuberancias redondas, rosas o púrpura y brillantes que se extienden más allá de los bordes de la herida. Suelen aparecer en los hombros, los brazos y las orejas. Tardan años en formarse y son comunes en gente de piel oscura.

El mejor tratamiento para una cicatriz hipertrófica o un queloide es la prevención. Cuida bien tu herida y tu cicatriz durante los primeros seis meses y extrema las precauciones hasta los dos años.

Qué factores pueden favorecer una cicatrización antiestética
Si todo va bien durante la curación de la herida y cuidamos correctamente la cicatriz durante los primeros meses, lo normal será que cicatricemos correctamente.
Además hay diversos factores que pueden condicionar el resultado de la cicatrización. En esos casos, deberíamos extremar los cuidados:

  • El tamaño y la localización. Obviamente, heridas grandes, en zonas visibles generarán cicatrices más llamativas.
  • Tenemos que tener especial cuidado con las heridas profundas pues son en las que se pueden desarrollar malas cicatrizaciones. Al dañar las capas profundas de la piel, la respuesta de nuestro organismo para curarse es más exagerada y se genera un estado de inflamación, durante el cual se acumulan colágeno y otras proteínas, lo que puede desembocar en una mala cicatrización y originar cicatrices hipertróficas y queloides
  • La edad de la persona, conforme envejecemos cicatrizamos peor.
  • La genética. Si hay casos de cicatrices antiestéticas en nuestra familia o nosotros mismos las tenemos, el riesgo de desarrollarlas es mayor.

Cómo cuidar la herida para una correcta cicatrización
Lava tu herida, desinféctala y extrema la higiene para evitar infecciones. Cuidar correctamente una herida o quemadura es fundamental para el proceso de cicatrización. Si la herida se infecta tendremos más riesgo de una cicatriz antiestética.
No expongas la herida al sol, si no te queda más remedio, cúbrela con un apósito estéril y transpirable.

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